1.
Encender el horno a 200 grados (temperatura alta).
2.
Enmantecar un molde de 22 cm. Cortar un papel manteca cuadrado bien grande para que sobresalga del molde. Hacer un bollo con el papel manteca y mojarlo un poco. Esto va a ayudar a que sea mucho más fácil de acomodar en el molde.
3.
Batir el queso crema con el azúcar hasta que no quede ni un grumo. Consejo: si sacan el queso crema de la heladera con anticipación va a ser más fácil.
4.
Agregar los huevos de a uno batiendo siempre entre cada incorporación.
5.
Por último agregar la crema de leche y la harina tamizada. Mezclar bien y volcar sobre el molde preparado con papel manteca.
6.
Hornear a 200 grados por 40 minutos.
7.
Sacar y dejar enfriar un poco. Tiene que quedar bien cremoso en el interior. No se tienten de agregarle ningún sabor extra. Ni ralladuras, ni vainilla. Casi lo hago pero confié en la receta y me sorprendió lo rico que quedó sin ningún agregado.
