1.
Poner el agua y el azúcar en una olla y llevar a hervor. Cuando el almíbar esté hirviendo hace un ratito, se espese y llegue a punto de bola media retirar del fuego.
2.
Volcar todas las almendras de golpe y revolver para que se invierta el azúcar y se ponga blanca.
3.
Volver al fuego, agregar la esencia de vainilla y revolver para que se caramelice la parte exterior. Es importante no abandonar la olla sola porque podría pasar que se caramelice todo el azúcar y terminemos con un praliné en lugar de garrapiñadas.
4.
Cuando sale del fuego agregar un poco de sal y bajar a una mesada para separar bien y que se enfríen.