1.
Encender el horno a temperatura alta.
2.
Cortar las cebollas en tiras finitas. Cocinar en una sartén con aceite de oliva y sal, a temperatura media, hasta que estén tiernas, doradas y muy dulces, por aproximadamente 30 minutos. Si durante la cocción se quedan sin líquido, agregar unas cucharadas de agua.
3.
Mientras tanto, lavar y pelar las papas. Cortar por la mitad a lo largo; hacer otro corte por la mitad a lo largo y, por último, cortar láminas finas.
4.
Calentar una asadera grande sobre una hornalla. Colocar 2 cucharadas de aceite de oliva y las papas, distribuidas de modo que la mayoría tenga contacto con la asadera. Rociar con más aceite. ¡No agreguen sal todavía! Hornear por 10 minutos o hasta que se doren de un lado. Dar vuelta y cocinar 10 minutos más. La idea es que algunas queden crocantes y otras más tiernas. Ahora sí, salar.
5.
En un bowl, mezclar ligeramente los huevos y agregar las papas cocidas, las cebollas doradas y sal.
6.
Calentar muy bien una sartén. Recién entonces, rociar con aceite de oliva distribuido en toda la superficie (si este paso está bien hecho, la tortilla no se va a pegar). Verter la mezcla y bajar el fuego para que no se queme la tortilla. Si es posible, tapar con algo para mantener el calor.
7.
Cocinar unos 5 minutos de un lado.
8.
Para dar vuelta la tortilla, les recomiendo aceitar un plato. Colocar sobre la sartén y dar vuelta ¡con mucha decisión! Levantar la sartén, poner sobre el fuego nuevamente con un poco más de aceite y deslizar la tortilla. Cocinar 2 minutos más del otro lado y retirar. (Los tiempos de cocción varían según el punto de la tortilla. A mí me gusta baveuse).
9.
Servir.